
Siempre me han gustado los barcos, la buena compañía y el caviar iraní (y esto último lo digo sin haberlo probado aún!). En vista de que me faltaban, cogí mis cholas, a mi amigo gorrón y unas toallas de playa sustraídas del hotel Tecina en la Gomera, y nos dirigimos a darnos un bañito en el Atlántico.
Una vez allí el señor T (T de Tostón) se quedó frito y yo me comprometí a avisarle si olía a chamuscado, pero... tenía otros objetivos en mi cabecita.
Él se llamaba Steffano, pero yo le llamé Salvatore, y es que me salvó de una ola gigante como sólo un Italianini sabe hacerlo, Salvatore usa bañador blanco y practica bodyboard (es una tablita plana, como su encefalograma). Pero me salvó y eso es algo que supe aprovechar.
Miré a mi amigo mister T (T de tomate) que empezaba a enrojecer peligrosamente, pero como seguía durmiendo me dió pena despertarlo, le escribí una nota y me fuí con Salvatore al Burger King.
Salvatore come como un buey y no comparte, pero pagaba y estaba cañón. Cuando me acabé el whopper, uno nuevo que ha salido con cebollita fritita, y tuve el estomago lleno, ya no me pareció tan atractivo, y entonces me acordé del de Santander que vivía en burgos pero era de león . Y volví rauda y veloz, no me costó encontrarlo ¡era rojo fosforito!!
Estaba con una tipeja que llevaba un moño. Era fea y tenía pinta de buscona, dos razones para que le interesase a mi amigo. Ella hacía topless, lo que desvió la atención de Salvatore, RAMERA. Se pusieron a hablar en italianini ya que ella también era romanesca, y cuando llevaban ya un buen rato, giré la cara de Salvatore hacia mí y le pregunté qué de qué color tenía los ojos su compatriota..., ante la ausencia de respuesta, cogí a mi amigo el señor C (C de Cangrejo Cabrón) y me dispuse a irme, Salvatore intentó evitarlo y fue entonces cuando me llamó gatita, y supe irremediablemente que aquel cachas de abdominales perfectas no era mi tipo.
Odio a los hombres, a las mujeres, y a los gatos.
La quemadura de TC (Tonto del Culo) no le dejará dormir, como seguramente no lo ha hecho su madre.
Hemos llegado a casa sin incidentes. Mensajes:
1.- La exnovia celosa llorando y pidiendo una oportunidad.
2.- El hermano de la exnovia, pidiendo sus juegos de la play.
3.-Su madre entre sollozos le comunica que le quitará de la herencia hasta ver como evoluciona el asunto con la iglesia.
Mi amigo alucina, y se pregunta si su madre se ha metido en una secta. Él no sospecha y yo no pienso confesar.
Me pongo triste al ver que yo no tengo ningún mensaje, necesito echar un trago urgentemente.
Vamos al bar de abajo, lo tiene un capullo, vago y estafador. Nos pedimos unas mahous y me aguanto la risa, al ver que mi amigo C (de Contorsionista) no puede apoyar la espalda en el respaldo de la silla. Empieza a monopolizar la conversación y a contarme el motivo real de su inesperada visita "crisis con su novia", al parecer la pilló haciendo horas extras con su compañero de trabajo, pongo cara de que me interesa y veo la falta que me hacen unos tapones para los oídos (NOTA MENTAL.- ir a la farmacia).
Cuando vuelvo en mí, se ha agregado a la conversación la camarera, que está buena, y tontea con mi amigo. Me pongo celosa y eso que no me gusta (ni la camarera ni mi amigo), así que la puteo y le pido una caña, me voy al baño y tardo en salir mucho mucho mucho, cuando salgo me quejo de que no tiene ni espuma ni fuerza, le digo que repase el barril y la sonrío dulcemente; acto seguido y sin venir a cuento, suspiro y le digo al camarero con resignación: -No sé qué haríamos si ti Paco. - Y me contoneo hasta la terraza mientras pienso en mi segundo movimiento.
En la mesa de al lado hay un tiarrón con pinta de guardia civil, tiene novia ¡qué pena! Parece una supermodelo y lleva una 105 por lo menos, voy a ahorrar para operarme las chuches.
Mi amigo sigue hablando de su ex y yo aprovecho para repasar la lista de los reyes godos, me arrepiento de lo de la camarera y vuelvo al baño, paso por la barra durante el camino y le pido perdón por si he sido brusca, y cuento que mi amigo echa de menos su compañía, le guiño el ojo pícaramente y observo la fauna del bar. Ningún objetivo. GAME OVER.
Dejo a mi amigo en compañía de la camarera y me voy con la disculpa de que tengo que echarle de comer al gato de la vecina, llego a casa me quito mis taconazos, pongo las llaves por dentro y apago el móvil, si cuando llegue estoy dormida que haga noche en el parque.
Sé que no he ligado porque no he querido, porque me sobra sexapple... sinceramente.